Los cruceros, un modelo de autoabastecimiento de agua

El 80% de los buques de turismo que recalan en Barcelona son completamente autónomos en generación de agua y no necesitan tomarla en los muelles del puerto  

Javier Ortega Figueiral 

La crisis climática ha puesto en el punto de mira la gestión sostenible de los recursos naturales, empezando por el agua, el elemento básico para la vida. Los cruceros son, desde hace tiempo, un ejemplo de autosuficiencia e independencia hídrica, gracias a los avanzados equipos de desalinización y reutilización que les permiten no depender de los recursos hídricos de los destinos. 

Un alivio para las ciudades en momentos de sequía como el actual. Las estadísticas que maneja el Puerto de Barcelona son concluyentes. El 80% de los cruceros no se aprovisionan de agua en los muelles porque no la necesitan. Son autosuficientes. Son auténticas máquinas de producción de agua dulce. Y también de reaprovechamiento de este recurso gracias a los sistemas avanzados de tratamiento de aguas residuales (AWTS, por sus siglas en el inglés), unas plantas que aplican un tratamiento terciario a las aguas utilizadas con resultados equivalentes a los obtenidos en las mejores instalaciones en tierra, como explicábamos en este reportaje.

La captación de agua de la red en un crucero es de 27,2 litros por persona, lo que es una cuarta parte del consumo medio de un habitante de la ciudad y también está muy por debajo del consumo medio de los huéspedes de los hoteles.

Entre otros usos, en los cruceros se requiere el agua dulce para beber, para cocinar y en las lavanderías. También para la limpieza y el lavado a alta presión, para la generación de vapor o en diversos sistemas de calefacción y refrigeración dentro y fuera de los espacios de máquinas. El agua también se usa para los sistemas de rociadores e hipernebulización para evitar los incendios y es también requerida para fines recreativos como piscinas, toboganes o parques acuáticos (instalaciones todas ellas que funcionan con agua de mar tratada). Por todo ello, es imperativo que los cruceros estén equipados con instalaciones de producción y almacenamiento de agua dulce. Esta es un área en la que los cruceros han avanzado mucho en los últimos años, anticipándose a la actual crisis climática.

Las diferentes formas de convertir aguas de mares y océanos en dulce y potable son estas:  

  1. Evaporación con vapor. Un método también conocido como evaporación instantánea o desalinización con vapor. Este proceso utiliza el vapor y el calor de los motores del barco para hervir el agua de mar. Al evaporarse el agua, la sal queda como subproducto. El agua obtenida se convierte en destilada purificada.
  1. Ósmosis inversa. En este caso, en lugar de usar calor, la ósmosis usa energía para empujar el agua salada a través de membranas microscópicas. Estas tienen un tamaño tan pequeño que solo puede filtrar agua limpia. De este modo, toda la sal y los posibles contaminantes quedan bloqueados en el lado de entrada de la cámara, mientras que el agua que pasa se mineraliza y purifica cumpliendo las normativas sanitarias internacionales.
  1. Agua de condensación. Es el sistema menos conocido y el que quizá genere menos volumen, aunque es un interesante ejemplo de reutilización de un agua que de otro modo se desperdiciaría. Varias navieras tienen sistemas que recogen toda el agua producida por las unidades de aire acondicionado como producto de secar la humedad ambiental y esa agua se reutiliza, por ejemplo, en los sistemas de lavandería. 

En la línea de máximo aprovechamiento del agua, es cada vez más frecuente que las navieras usen la llamada aireación. Un sistema para ahorrar grandes cantidades de agua gracias a unos filtros que reducen, sin que se note, el caudal en las alcachofas de las duchas y en los grifos de los baños. El aire a presión, gracias a un efecto tubo, permite que huéspedes y tripulantes ahorren mientras se duchan. Los volúmenes son notables si pensamos en el número de duchas que tanto profesionales como viajeros se dan al día en un gran buque. Además, los inodoros funcionan por vacío y apenan consumen agua. Las lavanderías industriales a bordo son de ultimísima generación y aprovechan el agua al máximo.

Las piscinas en los cruceros son llenadas diariamente con agua de mar que posteriormente se descarga tras ser de nuevo tratada (Foto Adobe Stock).

La sostenibilidad medioambiental es una prioridad en la industria de cruceros. Por ello, las compañías de navegación que, a pesar de todo, aún requieran que alguno de sus buques tome agua de tierra se informan de la situación hídrica de las regiones donde la van a tomar y evitan hacerlo cuando la situación no es la óptima. Este caso solo afectara al 20% de las escalas en Barcelona. Una cifra que se reduce a pasos agigantados.  En 2017 la mitad de los cruceros que pasaban por la ciudad no cargaban agua de Barcelona, una cifra que en la actualidad ha pasado del 80%.

Mucha menos agua que un barcelonés

La captación de agua de la red en un crucero es de 27,2 litros por persona y día, lo que es una cuarta parte del consumo medio de un habitante de la ciudad, según datos del Puerto de Barcelona, y también está muy por debajo del consumo medio de los huéspedes de los hoteles. Este consumo era de 61,7 litros por persona y día en 2018, lo que muestra los avances de la industria para realizar un uso sostenible del agua y evitar cualquier derroche.

En cuanto al agua captada de la red de Barcelona por parte de ese 20% de barcos que aun la precisan, estos consumieron 66.478 metros cúbicos de agua en 2022, el 0,07% del total de 91,5 millones de metros cúbicos consumidos en la ciudad el año pasado. 

Cerveza con agua de mar

Tal es el grado de autoabastecimiento de los cruceros que incluso algunas modernas embarcaciones pueden elaborar cerveza a bordo con agua de mar, tratada por ellos mismos, una iniciativa que puso en marcha en su día la compañía AIDA. Es también el caso del MSC World Europa, el novísimo buque de MSC Cruceros, que ha realizado su primera escala en Barcelona. Este barco, movido por GNL, encargó al maestro cervecero Teo Musso, creador de la Baladin Farm Brewery, que elaborara una gama personalizada de cervezas artesanales exclusivas de MSC, llamadas Oceánicas. Estas se producen a bordo con agua de mar, ofreciendo tres variedades: pils, bitter y de trigo. 

La elaboración de cerveza mientras se navega o durante una escala es una novedad. Una idea que no habría sido posible sin algo que ya lleva muchos años sucediendo en el grueso de las flotas de los buques de pasaje: el autoabastecimiento de recursos hídricos.

Los cruceros son un modelo de gestión sostenible y circular del agua. Por ello, constituyen un ejemplo para las propias ciudades, donde el reaprovechamiento del agua tiene mucho camino por delante.

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